Chilam Balam
de Chumayel
Chilam Balam es el nombre de varios libros que relatan hechos y
circunstancias históricas de la civilización
maya. Escritos en lengua
maya, por personajes anónimos, durante los siglos
XVI y XVII, en la península de Yucatán. A ese nombre se le agrega el nombre de la población en
donde fueron escritos. Son fuente importante para el conocimiento de la religión, historia, folklore, medicina y astronomía maya precolombina.
Chilam significa
"el que es boca"; es decir, el que profetiza; los chilames eran los sacerdotes que interpretaban los libros antiguos
para extraer de ellos profecías, el conocimiento de los hechos futuros. Para
los mayas, el arte de profetizar era posible porque creían que el tiempo era
una sucesión de ciclos cósmicos y que los acontecimientos, dependiendo de estos
ciclos, podían repetirse. Así, a los chilames se les consideraba intérpretes de los mensajes de los dioses.
Los escritos míticos y proféticos están redactados en un
lenguaje de alto contenido simbólico y con múltiples significados, en el cual
se emplean metafóricamente objetos, colores y seres naturales para expresar
ideas. Es evidente que con esta escritura se pretendía no sólo dar a los textos
un carácter esotérico, sino ocultar a los profanos su significado verdadero.
En el documento del Chilam Balam se
relata un mito de la creación que inicia con el universo de los dioses del
inframundo poblado por abejas. En la época en la que caían árboles y piedras
por la lluvia de fuego se vivía un mundo sin Sol y sin Luna. Los dioses del
cielo aniquilaron ese universo caótico bajo un fuerte diluvio que dio inicio a
la nueva creación levantando la tierra con los cuatro dioses sostenedores y sembrando
la semilla de la Gran Madre Ceiba en el centro del universo, el camino que
conduce desde el inframundo hacia el cielo.
El Chilam Balam de Maní proviene de este pueblo del suroeste
de Yucatán, solar del famoso linaje de los Xiu, legendarios gobernantes de la
gran ciudad arqueológica de Uxmal. Todo ello fue denominado por Carrillo y
Ancona Códice Pérez, sustituyendo al título Principales épocas de la historia
antigua de Yucatán, que había propuesto el lingüista. Los materiales,
fragmentos de los libro; de Maní e Ixil -quizá también del de Oxkutzcab- y
documentos de tierras de Sotuta, fueron propiedad sucesivamente del señor
Carlos Peón y de la familia Escalante de Mérida. Además, Pérez había obsequiado
al explorador John Lloyd Stephens con un texto en maya copiado sin duda de los
libros indígenas de Maní, junto con su traducción al castellano y un extenso
comentario: Traducción y juicio crítico de un manuscrito en lengua maya que
trata de las principales épocas de la historia de esta península antes de su
conquista.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario